En el curso hay dos filas, mis alumnos están todos parados, en vez de hablar gritan y todo se parece más a una cancha de fútbol que a un aula. Al frente hay dos alumnos, uno por cada equipo. Hago una pregunta y responde el representante del equipo que tiene el turno del juego, pero se equivoca y doy el veredicto: incorrecto. Podría explicar por qué, pero no lo escucharían, no se trata de eso. El otro equipo se activa, ahora tienen el turno para responder y alientan al compañero que está al frente. Nueva pregunta, nueva respuesta. Mi veredicto: correcto ¡Vaaamos! Se escucha gritar. Eso y otras cosas más.
Si alguien viera la escena desde el pasillo dudaría mucho de que estemos en clase. De hecho, me costaría explicar que están en pleno proceso de aprendizaje.
Hace años que hago actividades de este tipo. Justo una semana antes de los exámenes parciales les digo que vamos a hacer un repaso e integración de saberes. Eh… Esto que les voy a contar que quede entre nosotros: no confío mucho en mis alumnos, no cuando se trata de estudiar. Es mejor que estudien conmigo, así puedo controlar que lo hagan bien. Como forma de estudio organizo desafíos basados en competencias. Funciona. Hoy están todos gritando y eso significa que la semana próxima van a rendir bien. Por lo menos la mayoría. Por lo menos los presentes.
¿Pero qué magia es esta? -dirá usted. Ahorita le cuento.
Revelando la magia
Las aulas ruidosas son disruptivas porque la tradición escolar dicta que una clase silenciosa y enfocada es una clase productiva. Sin embargo, para los estudiantes es también una clase aburrida, soporífera y poco estimulante. Además, a los docentes les preocupa mucho perder el control del alumnado, así que suelen censurar toda forma de entusiasmo y algarabía (Gonser, 2021).
Ahora bien, acepto que un curso que esté a los gritos todo el tiempo no ofrecerá un ambiente adecuado para la reflexión o para tomar apuntes. Sin embargo, permitirse algunos momentos ruidosos puede hacer toda la diferencia.
Aquí pueden observarse tres aspectos clave: protagonismo, intencionalidad y confianza. El modelo pedagógico tradicional coloca al docente en un lugar central, como si fuera el único que sabe. Pero cuando los estudiantes tienen la palabra, pasan de espectadores inertes a protagonistas principales. Tienen algo que decir o hacer y eso los involucra en el proceso de aprendizaje. Luego, hay que agregar el factor motivación. En el caso del ejemplo, es una cuestión lúdica, una competencia. Se trata de ganar: por sí mismos, por el equipo, por divertirse o porque sí. Tampoco es que lo piensen mucho, solo la pasan bien. Y luego hay una relación de confianza entre el docente y sus estudiantes. Una cuestión de honor. Si el docente les concede la libertad para tomar protagonismo, se reforzará un vínculo de respeto que los estudiantes honrarán con un comportamiento casi ordenado. Porque bueno, es magia, no ciencia ficción (Gonser, 2021)
Magia antigua y magia moderna
Tendríamos que hablar de la educación mediada por tecnología porque usted se estará preguntando ¿Qué forma adoptan estas actividades cuando la clase es virtual? Pues bien, en este punto separamos dos escenarios: sincrónico y asincrónico.
Para el modelo sincrónico podemos pensar en una transposición más o menos lineal a través de videoconferencia (Meet, Zoom), chat (menos divertido) o plataformas como Kahoot! (Zhang y Yu, 2021) Creo que hay algo que se pierde del trabajo en equipo como, por ejemplo, el aliento de los compañeros. Pero las herramientas colaborativas e interactivas compensan al visualizar los logros de cada equipo.
Fuente: Imagen de LEEROY Agency en Pixabay
En los escenarios asincrónicos definitivamente todo es más tranquilo; pero lo que se pierde de adrenalina se gana en profundidad de análisis. En estos casos, se pueden implementar actividades dentro de plataformas LMS como Moodle. Aparte del amplio repertorio que tiene la propia plataforma Moodle, también se puede combinar otras herramientas Web 2.0 como Padlet, H5P y extensiones como Game. Aquí las actividades competitivas de integración de saberes y desarrollo de habilidades tienen otros tiempos más holgados. Se pueden planificar búsquedas en bases de datos científicas, textos colaborativos y debates. Adicionalmente, cada equipo puede ejercer sus propios métodos de auto organización. Y si quiere llevar un registro de avances, aquí tiene todo a la vista.
Antes mencionaba que en las clases presenciales, en el medio de una competencia, no había espacio para la retroalimentación. Pues bien, en el formato asincrónico sí se puede. Es más, cada grupo es libre de consultar todas las veces que quieran con el profesor y ganar así ventaja sobre el otro equipo. Sí, ya sé, es un truco muy obvio, pero en el amor y en la educación todo se vale.
Para seguir conversando
Las aulas ruidosas tienen un enorme potencial que apenas comenzamos a descubrir, especialmente para el desarrollo de habilidades. Promueve un aprendizaje que se desarrolla desde una participación entusiasta (Newman, 2020)
Mucho se habla acerca del desarrollo de habilidades de producción oral y escrita. De la capacidad de comprensión lectora, de la escucha atenta y el pensamiento crítico. Sin embargo, para que estas habilidades se puedan desarrollar es necesario crear oportunidades para que los estudiantes puedan ejercitar estas habilidades. En un trabajo seminal, Rudham (2013) sostiene que un aula ruidosa es un aula que piensa.
Y ahora mi pregunta para usted es ¿deja que su aula presencial o virtual sea ruidosa? ¿se anima a probar? Espero que me cuente sus experiencias en los comentarios.
¡Nos seguimos leyendo!
Enrique Facundo Ruiz Blanco
Fuentes consultadas
Gonser, S. (18 de agosto de 2021). The Magic of a Noisy Classroom. Edutopia. August 18, 2021. https://www.edutopia.org/article/magic-noisy-classroom
Newman, D.; (2020). The Noisy Classroom: Developing. Debate and Critical Oracy in Schools. Routledge. New York. ISBN 9781138496927.
Rudham, R. (2013). A noisy classroom is a thinking classroom: Speaking and listening in year 7 history. Teaching History; London N.º 105, (Dec 2013): 35-41.
Zhang, Q.; Yu, Z. (2021). A literature review on the influence of Kahoot! On learning outcomes, interaction, and collaboration. Educ Inf Technol 26, 4507–4535. https://doi.org/10.1007/s10639-021-10459-6
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