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Mostrando entradas de febrero, 2019

Entorno Personal de Aprendizaje

Quiero que piense unos instantes en cómo estudia; para ser más específicos, quiero que repare en su lugar favorito, el momento del día o el día de la semana, si pone música o si apaga el televisor, si se sirve un café o si prepara el mate, sólo o acompañado… en fin, en todo lo que le rodea cuando estudia cómodamente. La clave aquí es pensar en esos momentos en los que estudiar es un placer ¿Ya pensó en el escenario ideal para usted? Bien, este artículo trata justamente de eso, de los entornos desde los que aprendemos mejor, pero también de cómo han evolucionado en el tiempo. Cómo estudiamos cuando estudiamos A fin de entender qué condiciones favorecen el aprendizaje, me di a la labor de consultar entre alumnos, docentes y conocidos cuáles eran sus hábitos favoritos para estudiar. Para ser más específicos, les pedí que se centraran en aquellas condiciones de contexto que hacen del proceso de estudiar algo placentero y que, por tanto, hicieran más productivo el esfuerzo. Llega

Cómo pensamos la educación

Ésta es la situación: una reunión de amigos, todos compartiendo un buen momento y contando lindas historias. En un momento dado alguien saca como tema de conversación un problema de educación, de esos que están en agenda. Bien, si entre los presentes llega a haber uno o más docentes, el resto de la noche será monopolizada por toda clase de opiniones concebibles sobre educación. Lo que sigue serán acaloradas oposiciones teóricas, conjeturas aventuradas, posicionamientos ideológicos, políticos, sociales, existencialistas, imperativos categóricos, críticas nietzscheanas, citas de Foucault y -claro está- soluciones universales que suenan sospechosamente simples. Y no es que estas charlas de café cambien el mundo. Estas discusiones apasionadas surgen de la necesidad apremiante de poner en palabras lo que la Educación nos provoca. Porque la educación, como fenómeno social y cultural, nos conecta a todos, pero nos afecta de distintas formas. Entonces, cabe preguntarse

El material de cátedra y la semiótica

Cierto examen indagaba las causas de la reforma luterana cuando un alumno escribió: “Se produjo porque Lutero no quiso sacarse una foto con el Papa” La inesperada respuesta surgió de una mala interpretación del texto de estudio que recitaba “… Martín Lutero no quiso retractarse ante el Papa…”. Debo decir que cuando me contaron esta historia me resultó muy divertida. Con el tiempo, mientras más la pensaba más me intrigaba. Por ejemplo ¿por qué algunos estudiantes articulan respuestas sin sentido? ¿Es acaso un intento desesperado de superar la instancia de evaluación? Y cuando tienen sentido ¿tienen sentido para el alumno o sólo para el docente? Toda la historia remite a varios fenómenos educativos: la narrativa en los textos académicos, la significatividad del material de estudio, la formación previa de los estudiantes, sus intereses, sus hábitos de estudio, las consignas, los instrumentos de evaluación… ¡y la lista sigue! Pero, a los efectos de este artículo m